domingo, 15 de abril de 2012
En el nombre de ‘Vela’
Vela es un pastor alemán que está viva de milagro tras sufrir un brutal ataque que incluyó ser rociada con ácido. Sin duda, los cuidados de la protectora de animales Addanca fueron claves para la milagrosa recuperación.
Gregorio es un varón de 80 años que, en distintas etapas, lleva acusado de ser quien maltrató a Vela desde 2007. Siempre sostuvo que él no fue, que el perro no es suyo (lo que es verdad) y que no hay testigo que pueda ratificarlo, como efectivamente ocurre. A pesar de la endeblez de la acusación, su caso, también gracias a los desvelos de Addanca, es conocido tanto a nivel nacional como internacional (Alemania).
Lo cierto es que el periplo judicial del maltrato a Vela tiene este viernes un nuevo hito con la celebración de la vista oral contra Gregorio, al que la Fiscalía pide 1.000 euros de indemnización para el propietario y a que abone los gastos de la clínica veterinaria, que sobrepasan los 5.000. Por contra, Addanca exige un año de prisión para Gregorio y que junto al propietario -Matías- se responsabilicen de los gastos.
Atroz
Vela pasó por un martirio que merece, no quepa duda, un castigo más severo del que marca la legislación española. Según la Fiscalía, la perra, ahora felizmente recuperada, fue golpeada con un gancho y se vertió sobre su herida una sustancia cáustica.
Semejante abuso le provocó al animal diversas heridas con costra y secreción en zona dorsal del lomo, pata así como tejido epidérmico y muscular necrótico. Como fue abandonada tras el maltrato (la encontró la Policía Local de Güímar) las heridas estaban infectadas.
A Gregorio le regaló Matías el animal, aunque nunca hubo cambio de titularidad. De su aversión al maltrato da cuenta que el hecho de que hasta para matar cochinos contrata a alguien. Ninguno de los testigos vio que maltratase a Vela, y la perra fue encontrada por los agentes a unos trescientos metros de la linde de su finca. Sin embargo, la declaración de Matías al ser cuestionado como dueño del chip que portaba la perra condujo a su imputación. Con respecto a la sustancia cáustica, se encuentra presente en la finca de Gregorio, pero también en las colindantes, habida cuenta que se utiliza comúnmente para desatascar tuberías.
Precisamente, fue una denuncia de Addanca la que activó este proceso. Presentada ante el Ayuntamiento de Arafo, se derivó a un juzgado de Güímar que, tras tomar declaración a los distintos implicado, optó por decretar el sobreseimiento provisional del caso. La insistencia de Addanca, personada la asociación como acusación particular en este proceso, fue determinante para que se reabriera el caso Vela. La protectora ha hecho casus belli del tema ya que -dicen en su página web- es el primer caso de maltrato a un animal que llega a los juzgados canarios como delito. En su web se publicita fecha y hora de celebración de la vista oral, y todo apunta a que sus miembros se darán cita en el lugar. Ya el pasado día 25 de marzo celebraron una manifestación exigiendo justicia para el caso Vela.
Normalidad
Puestos en contacto con la abogada de Gregorio, Beatriz Pérez Báez, manifiesta su impresión de que “la acusación no se sostiene y espero una rápida absolución para mi defendido. No sólo nadie puede demostrarlo sino que se demostrará que mi defendido es incapaz de cometer semejante atrocidad”. En cuanto al papel jugado por la asociación, Pérez Báez lo tiene claro: “están en su pleno derecho e incluso comparto su interés por la defensa de los derechos de los animales, pero hay que dejar a la Justicia que actúe con plena normalidad, tanto en este caso como en cualquier otro”.
Vía: http://www.diariodeavisos.com
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