Edad: Perro Adulto
Sexo: Hembra
Mestizo
Tamaño pequeño
Todavía conserva el arnés con el que su anterior y antiguo dueño, la última persona a la que quizás vio antes de entrar en la perrera, le daba gratos paseos, suponemos, en todo caso que debieron ser así.
Quizás esa misma tarde se disponía a disfrutar de una grata velada de diversión y entretenimiento en el parque con la compañía de sus amiguitos caninos, Marta era feliz junto a su dueño y amo, sin pensar, ni muchísimo menos que ya llevaba unos días con unas energías totalmente distintas, Marta intuía ya algo raro antes de llegar a la perrera.
Cuando salió por la puerta de su casa, Marta se dispidió del que fue, durante un tiempo, su hogar, sin pensar si allí había vivido feliz o triste, sin pensar en el trato y cuidados que le habían aportado, sólo pensando que sería la última vez que sus patitas entrarían por esa puerta.
Se despidió de Calimero, su grandísimo amigo canario, otro que también sabía de su situación, pues aquel día y para ella, cantó con toda la fuerza y energía durante todo el día, también se despidió de Missy, esa gatita persa presumida con quien compartía cama en las frías noches de invierno, incluso de Glu, el pez naranja al que miraba sin pestañear mientras esperaba la llegada de su dueño...
Dónde me llevarán? Qué será de mí? Volveré a ver a mis amigos? Quiero ser feliz, recordaba mientras tanto a su mamá con la que apenas compartió su primer año de vida cuando también la vio salir por la misma puerta...
La llevaron a la perrera, pobrecita Marta, aunque afortunada, pues no todos consiguen salir de allí como ella, en este caso concreto, aunque Marta todavía sigue sin rumbo definido en su vida, sin familia, sin hogar, está en adopción, pero ve la vida a través de los cuadros de la rejas donde vive desde que salió del oscuro y lúgubre lugar llamado perrera...
Adopta a Marta, dale una oportunidad, dátela tú también de ser feliz junto a ella.
Escribe a: perrosurgentes@hotmail.com / itzalin@gmail.com
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