Iwo vivía con su hermano Mico felizmente en su hogar con su familia, con todos los cuidados y comodidades de un hogar.
La familia por motivos de trabajo se trasladaba de ciudad en ciudad, así que viendo que no podían hacerse cargo de los gatos intentaron regalarlos sin éxito.
Finalmente decidieron sacrificarlos. Dos compañeras se quedaron con los gatos en acogida. Mico salió adoptado y ahora queda Iwo.
Iwo estuvo muy enfermo con depresión, dejó de comer, sus pelos se le caían y empezó a perder mucho peso.
Después de los cuidados de una compañera mirar los resultados en las fotos.
Iwo puede pesar casi 7 kilos, es grande, bueno y muy hogareño.
Es dependiente de las personas, cariñoso y lo más importante, no acepta otros gatos a menos que sean pequeños.
Si estas interesado/a en adoptar a Iwo escríbenos a: adopciones@defensafelina.org
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